Agresiones sexuales, problemática actual más allá de la infancia.

Carol Galleguillos nos presenta el primer artículo de una serie dedicada a un tema que ha guiado su formación profesional académica y clínica, los efectos psicológicos de las agresiones sexuales en la infancia; en particular el cómo trabajar con quienes padecen de ellos en la vida adulta.

Durante los últimos años en nuestro país -y también en el mundo entero- se ha hecho enormemente visible uno de los más grandes dolores de nuestra sociedad: el denominado abuso sexual infantil.

Cabe destacar, a modo de aclaración, que esto no significa que hoy en día se produzcan más transgresiones sexuales hacia los niños que hace unas décadas. No, para nada. Lo que significa es que como sociedad estamos siendo más capaces de ver como un problema aquello que por mucho tiempo consideramos inexistente, o al menos, bastante menos común.

Agresiones Sexuales en la Infancia

Las estadísticas llevan a estimar que 1 de cada 5 mujeres adultas sufrió algún tipo de agresión sexual en su infancia, en el caso de los hombres bordea el 1 de cada 10. Este tipo de agresiones es transversal a todos los grupos socioeconómicos

Hoy en día existe un nombre para designar aquello que por el horror que nos produce, se entiende que por décadas haya sido innombrable para muchos.

La agresión sexual infantil es una realidad en el mundo, en Chile y, por dudoso que parezca, es una realidad a nuestro alrededor más cotidiano.

Las estadísticas llevan a estimar que 1 de cada 5 mujeres adultas sufrió algún tipo de agresión sexual en su infancia, cifra que en el caso de los hombres  bordea el 1 de cada 10. Me parece importante aclarar que este tipo de agresiones es transversal a todos los grupos socioeconómicos y no es; como se creía antaño; propio de entornos con mayor vulnerabilidad social, pobreza, o marginalidad. Más aún, en el Chile de hoy es bastante común encontrarse con víctimas de abuso sexual provenientes de familias de un buen nivel socioeconómico que, debido en parte a estos prejuicios, nunca han recibido ayuda ni apoyo respecto de su vivencia de abuso.

Asimismo me parece nuevamente relevante definir a qué nos referimos cuando hablamos de agresiones sexuales infantiles. Aquí, no sólo se hace referencia a un tipo específico de delito (como por ejemplo lo es la violación), sino a una multiplicidad de distintas agresiones, siendo aquí el abuso sexual (como tocaciones indebidas, por ejemplo) y la violación (no solamente limitada a los genitales) los más comunes. Más aún, la gran mayoría de las agresiones que se producen en Chile a nuestros niños y niñas corresponden a abuso sexual (87% si consideramos a los menores de 15 años de acuerdo a las estadísticas del Servicio  Médico  Legal). Delito que por lo demás, no deja huellas en el cuerpo del niño/a, por lo que la gran mayoría de las veces se hace aún más difícil la comprobación judicial de los hechos. Esto no significa de ninguna manera que el abuso no ocurrió, ni mucho menos que no tuvo un impacto gravitante en la vida del niño/a.

Agresiones Sexuales en la Infancia

Cerca de la mitad de las agresiones que se realizan hacia niños, niñas y adolescentes tienen como agresor a un familiar de éste. La gran mayoría de las agresiones sexuales vividas en la infancia son de carácter crónico; es decir, repetido en el tiempo.

Contrario también a lo que se piensa, y probablemente a lo que nos tranquiliza pensar, cerca de la mitad de las agresiones que se realizan hacia niños, niñas y adolescentes presentan como agresor un familiar de éste. Además, de acuerdo a datos de CAVAS (Centro de Asistencia a Víctimas de Atentados Sexuales, de la PDI), sólo el 12% de las víctimas de agresiones sexuales en su infancia, vivió la agresión en sólo una oportunidad. Es decir, la gran mayoría (88%) de las agresiones sexuales vividas en la infancia son de carácter crónico; es decir, repetido en el tiempo.

Silencio

Parte substancial de esa herida se ve reflejada en el silencio que toman los niños luego de la agresión, en la mayoría de los casos se mantendrá hasta la vida adulta. La edad promedio en que una víctima de agresión sexual en la infancia cuenta por primera vez que fue agredido/a es a los 26 años. Sólo un 36% de quienes han sido víctimas, cuentan lo sucedido antes de los 18 años. Alrededor de dos de cada tres personas que han sido víctimas de abusos sexuales en la infancia no lo develan hasta ya comenzada su vida adulta.

Todos los datos y precisiones anteriores son fundamentales para entender mejor no solamente la naturaleza de la agresión, sino también las características del daño que produce en las víctimas que la padecen. Parte substancial de esa herida se ve reflejada en el silencio que toman los niños luego de la agresión. Silencio que en la mayoría de los casos mantendrán hasta la vida adulta. Un dato que ayuda significativamente a comprender la magnitud de esto es que, de acuerdo a datos internacionales, la edad promedio en que una víctima de agresión sexual en la infancia cuenta por primera vez que fue agredido/a es a los 26 años. Más aún, solo un 36% de quienes han sido víctimas, cuentan lo sucedido antes de los 18 años. Esto significa, a grandes rasgos, que alrededor de dos de cada tres personas que han sido víctimas de abusos sexuales en la infancia no lo develan hasta ya comenzada su vida adulta. Esto implica que pasan largos años de su vida cargando solos con un gran y doloroso secreto en sus espaldas.

Hoy en día nuestra sociedad está siendo algo más capaz de ver que es importante proteger a nuestros niños, denunciar a los agresores y proveer psicoterapia a las víctimas. Sin embargo la atención está enfocada, esgrimiendo argumentos atendibles, exclusivamente en quienes actualmente son niños. Si bien esto es lógico, comprensible y prioritario, en este espacio; Psicoterapia Adultos; nos proponemos darle cabida a los niños de antaño. A todos esos adultos de hoy que guardan consigo heridas de esta envergadura en sus almas, recuerdos, pensamientos; a todos quienes tienen un recuerdo oscuro en sus infancias que no quieren o no se atreven a mirar. A quienes nunca le han contado a nadie sobre lo que les pasó, o bien alguna vez lo contaron y no fueron creídos. A todos ellos -y sus familias cuando sea el caso- les tendremos un espacio privilegiado en nuestra página y nuestra consulta. Para que puedan informarse, buscar orientación y ayuda. Y para quienes crean estar más preparados, les ofrecemos una hora de atención para tratar de abordar esta herida que los aqueja.

Creo firmemente, apoyada en la experiencia profesional, que es posible estar mejor y desprenderse poco a poco de esa enorme mochila que llevan en sus espaldas.

Los invito a visitar constantemente nuestro sitio en búsqueda de nuevos artículos en torno al tema. Pueden también dirigirse a nosotros para pedirnos que escribamos sobre alguna temática en específico.

Hasta pronto.

Carol Galleguillos Sáez.

Si quieres contactarte personalmente con Carol, tanto para resolver una duda que tengas, como para pedir una hora de atención, puedes escribirle a [email protected]

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